PARTE I
He decidido deshacerme de mis más sórdidos recuerdos. Se esconden tras las apariencias, son tan obscuros que apenas puedo verlos, pero los escojo minuciosamente. Nunca habría de confesarlos, es cierto y es que algunos me sonrojan, me avergüenzan, me hacen sentir orgullosa. Otros lastiman, acechan, se aparecen intermitentes, se niegan a ser pasado, a ser futuro... Y están esos que me recuerdan que fui arriesgada, valiente, estúpidamente libre, feliz y son los que más cuesta mandar al olvido, porque fue en esos momentos en los que, a pesar de no haber hecho lo correcto, hice lo que quise, lo que sentí, lo que me debía a mi misma.
1 comentario:
Mmm... qué te digo, hermanita? Creo que todos hemos tenido momentos así... y ciertamente cuesta muchísimo olvidarlos... te quiero.
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