REACCIONES

~LA PARTE DE QUIEN VE EN RETROSPECTIVA~

Siempre he sido amante de las historias que se parecen a los cuentos y por el contrario, nunca he sido fan del pasado, sin embargo hoy le regalé 2 horas al recuerdo.
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No hay mucho que decir, solo que después de algunos días, abrí esa caja, quite la tapa y volaron mariposas, cerré los ojos y volví a tener 17, con mis braquets y mis inseguridades, con mis celos y mis rabietas, con mi cabello teñido y mis ansias de ser alguien, me reí de mí misma y al fondo pude ver muchas cartas. Las encontré añejas, solitarias, melancólicas, pero sobre todo, las encontré tan ajenas... Resultó tan extraño como fue que reconocí mi letra pero no pude reconocer a quien entonces las escribió. Estoy tan lejos de lo que fuí y me alegro de que sea así.
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Sigo hurgando en esta caja de pandora. Al fondo, está el libro, mi libro... Me detengo por un momento y pienso si es correcto volver a abrirlo, pero al final lo hago. Leo la dedicatoria escrita con lápiz, me río otra vez al recordar esa tonta teoría de las páginas y los lápices.

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De pronto me doy cuenta porque pude seguir mi vida sin remordimientos, porque me premió Dios con tantas maravillas que vinieron después: no le quedé a deber nada, lo amé en su tiempo, en la forma en la que pude hacerlo -la única que conocía hasta ese momento- , aprendí a respetarlo sencillamente por haber formado parte de mi vida, perdoné sus errores y sé que en el fondo, él también perdonó que ya no pudiera bajar a agradecer sus serenatas, que ya no respondiera sus llamadas, ni aceptara salir a charlar. Me vió feliz cuando empecé de nuevo y creo que supo que era el momento de decir adiós. [...]
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Mientras sacaba todas esas cosas de la caja, repasé esa conversación de hace unos días, lo abrumada que me sentí por ese golpe de sinceridad de alguien que vivió ajeno a esa historia, ese desconcierto de lo que pasa y no se espera, esa regresión forzada de una historia paralela...

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Hoy, después de tantos años, las palabras -al igual que las letras- estarían de más. Podría decir mucho y sin embargo solo quiero decir que me alegra saber que no nos equivocamos. Aquella noche ambos nos regalamos la posibilidad de encontrar alguien que se acercara más a nuestros sueños, eso pasó, lo hicimos y valió la pena: fin de la historia.

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Si lo que quieren es que les diga que donde hubo fuego cenizas quedan o que me duele y lo lamento, o que quisiera regresar el tiempo para cambiar las cosas, pues la verdad es que no es así, nada de eso sería cierto, al contrario: su final feliz está muy cerca y en verdad me alegra porque lo que sí puedo reconocer es que se lo merece. Se han empeñado en preguntarme si valió la pena lo que pasó, y yo contesto una y mil veces que volvería a repetir todo como lo hice porque seguí caminando y lo que encontré después en mi camino fue lo mejor que me ha pasado. Durante poco más de dos años, tuve un pedazo de cielo entre mis manos, así que no solo valió la pena, fue lo más maravilloso que pude haber hecho y estoy acostumbrada a volar, para eso me dieron estas alas.
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Insisto, podría decir mucho, pero con el permiso del olvido, voy a deshacerme de este contenedor de recuerdos, porque para el futuro no valen las pistas del pasado.