miércoles, 3 de agosto de 2011

Colpevole

Quisiera con todas mis fuerzas que hubiera un culpable, alguien a quien gritarle en la cara el dolor de ya no ser, pero en ésta historia no hubo errores, no hubo verdugos, no hubo arrepentimientos. Fuimos valientes y de eso no podemos lamentarnos. Echamos al vuelo nuestros sueños, intentamos ignorar el destino y fiel a su costumbre terminó por cobrarnos cara la partida. A ti, a mi, el reloj nos da un revés. A nosotros que lo único que queríamos era ahuyentar a la soledad, esa insensible que nos ha acompañado por tantos años. No hay culpables, no somos víctimas pero ya no podríamos seguir pretendiendo que somos lo que nunca hemos sido, por eso no hay lágrimas, ni besos de despedida, porque no nos iremos lejos, solo caminaremos por rumbos separados y quien sabe, tal vez el irónico/cruel destino vuelva a juntarnos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pasaron los años y sigo aqui, enamorado de ti y de tus letras