"Me comprometo a vivir con intensidad y regocijo, a no dejarme vencer por los abismos del amor, ni por el miedo que de éste me caiga encima, ni por el olvido, ni siquiera por el tormento de una pasión contrariada. Me comprometo a recordar, a conocer mis yerros, a bendecir mis arrebatos. Me comprometo a perdonar los abandonos, a no desdeñar nada de todo lo que me conmueva, me deslumbre, me quebrante, me alegre. Larga vida prometo, larga paciencia, historias largas. Y nada abreviaré que deba sucederme, ni la pena ni el éxtasis, para que cuando sea vieja tenga como deleite la detallada historia de mis días".
Normalmente no comparto en este espacio fragmentos de autores o libros porque la idea del blog es otra, pero no resistí la tentación de dejarles un extracto de Ninguna eternidad como la mía de Ángeles Mastretta. No podría escribir con mis letras mejores líneas para este momento de "sequedad literaria" en el que me veo sumergida, esperando pronto poder cazar mis musas, ésas que hoy vuelan lejos de mi, pero que me sonríen a la distancia.
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