Las imágenes de lo que somos, de lo que fuimos se reflejan en casi cualquier sitio. Un espejo, un vidrio, una ventana, una fotografía... ésta por ejemplo llama particularmente mi atención, ellos dos, fundidos en un abrazo, sin querer soltarse, aferrándose al momento como quien sabe que el final está cerca. No es el abrazo lo que me sorprende, esa foto ha estado conmigo mucho tiempo y apenas hoy pude ver más allá. Ellos no eran los protagonistas de la foto y sin embargo su reflejo estaba ahí, ha estado ahí por años y yo no lo había visto, sé quienes son, sé cuánto se amaban, recuerdo ese día como ningún otro... yo la espectadora de un momento que no iba a volverse a vivir, yo fotografiando una historia que años después grita por ser contada... ¿qué habrá sido de ellos? ¿seguirán fundidos en un abrazo o solo queda ese reflejo que se pierde en el olvido? En el fondo creo que sé que fue lo que ocurrió: se cansaron de ser la sombra y hoy, a pesar de ellos mismos, por fin brillan con su propia luz.
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