Se levantó de la mesa e hizo callar a todos los presentes. "Propongo un brindis, -dijo ella- por los dos hombres de mi vida: el de hoy y el de ayer. Salud por el de hoy, ése que siempre ha estado y siempre ha valido la pena, el que me ha regalado su tiempo, sus sueños, su vida entera. Levanten sus copas por mi fortuna de encontrarlo" Y al terminar sus palabras, no hubo uno solo de los comensales que no levantara su copa de vino y gritaran al unísono salud.
"Pero el brindis lo pedí para dos hombres y no deseo dejar fuera al otro, -continúo- sería muy injusta, si no reconozco la bendita contribución del segundo, así que brindo también por el de ayer, ése que me abrumó con su vida falsa, que me hizo dejar de ser por algún tiempo, que me regaló una bofetada que me hizo despertar de las mentiras y encontrarme esta bellísima realidad. Salud porque al dejar el pasado atrás, el presente me regaló sabiduría, felicidad. Salud de corazón por los dos hombres de mi vida"
Y a lo lejos, mientras todos levantaban de nueva cuenta sus copas, entre risas y abrazos por el nuevo comenzar, yo vi como se alejaba, agachado, como una sombra empobrecida, ése que de los dos, nunca mereció haber llegado.
2 comentarios:
Se me erizó la piel...
me imaginé la escena y hasta sentí lástima de aquel segundo "Hombre"...
Un gran abrazo Libia, gusto leerte otra vez.
Crystalline, gracias por leerme, siempre es un placer recibir tus comentarios.
Saludos cariñosos!
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