jueves, 9 de junio de 2011

Colofón

Nunca me planteé la posibilidad de que ella en verdad me perdonara y esa noche sin siquiera esperarlo me regaló otra vez (y por última ocasión) su sonrisa, la luz de sus ojos, su perdón y un abrazo. Mientras ella me dejaba ir, yo la sostenía con más fuerza que nunca.

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