viernes, 8 de julio de 2011

Rayos de una luz que no se ve

No pueden tocarme 
tus rayitos de luz,
no puedes ya
agitar mi calma.
Volé muy lejos, 
incluso lejos de mi misma,
soñando con cielos claros,
fijando la mirada
en el horizonte
queriendo lavar mis culpas,
ansiosa de perder mis miedos,
sin querer volver
y sin embargo regresé, 
pero regresé
no siendo yo,
siendo otra 
en mis zapatos,
viendo en el espejo
un reflejo 
que nunca
fue el mío, 
y me enamoré
más de esa 
que no soy,
que de ése
que no fuiste.

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