domingo, 1 de enero de 2012

Bienvenido 2012

Mi 2011 podría definirse con dos palabras: adioses y reencuentros. En las páginas del año que está por cerrase tuve que decir adiós definitivamente, despedir aquellos momentos y personas que estuvieron y que por alguna sabia razón ya no estarían más en mi vida. Dije adiós a ideas y sentimientos que me anclaban al pasado, que me tenían tomada del pie cual enredadera imposible de zafar. 

La actitud y las ganas de ir al encuentro de mi misma me dieron la fuerza para ir tirando por la borda recuerdos, momentos que dolían, situaciones que ya no quería llevar al porvenir y así se aligeró la carga y con cada cosa que iba dejando, tenía espacio para llevarme algo nuevo, algo que valía más, que me hacía mejor persona. Los viajes marcaron este año que concluye y con ellos vinieron las ganas de recorrer el mundo y de aprender de esos maravillosos extraños que siempre tienen una lección que darnos. Entendí como nunca que el mundo tiene lugares tan increíbles que quedarte sentado en tu pequeña porción de cielo es pederte el brillo impactante de las estrellas vistas desde muchos horizontes.

El año que se va también fue el año de los encuentros y el más importante de ellos fue conmigo misma, me reconcilié con la que tiene alas y que se sentía traicionada por la que echó raíces, tuve claro lo que quería tener en mi vida y en el proceso no estuve exenta de cometer errores, me equivoqué y dije palabras que no sentía, pero me sirvió para calibrar mi corazón y apaciguar mi alma que estaba desbocada, queriendo comerse al mundo indomable, insaciable, sin encontrar el freno ni los límites. Cierta noche abrí los brazos y cerré los ojos, sacudí mis alas y de a poquito recordé como se usaban, las agité para desenpolvarlas y mi corazón me llevo al encuentro que marcaría el fin de este año, no solo las manos tienen memoria, el corazón y los abrazos me llevaron a él, y ése reencuentro hace que hoy el 2012 se vislumbre con 365 días de ser verdaderamente yo al lado de alguien más.

Esta noche, la última del 2011 agradezco de todo corazón a quienes se fueron, a quienes nunca se irán y a aquel que nunca se fue pero que irónicamente recién ha llegado, por mostrarme el camino que me lleva cada vez más de cerca, a convertirme en la persona que siempre he querido ser.

¡Bendiciones para todos!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Amo la forma en la que escribes , me siento muy identificada pero yo no tengo el don dd plasmar mis ideas así como lo haces tu!
Mil gracias por compartir estas líneas, te deseo mucho éxito en lo que hagas :)

Libia García dijo...

Muchas gracias por tu comentario y espero saber un poco más de ti para estar en contacto, saludos y buen inicio de año!