
buscando en alguien el reflejo de mí misma,
como si yo fuese lo suficientemente maravillosa
como para querer tener
un duplicado al carbón de lo que soy.
En varias ocasiones logré encontrar
lo que buscaba y ni una sola vez pude ser feliz.
Todo era tan predecible, tan sencillo, tan aburrido.
Hasta que de pronto decidí ir en contra del mundo
y enamorarme de alguien
que en nada se parecía a mí,
éramos tan distintos
que él sonreía
cuando yo no podía hacerlo
y me amaba
cuando yo no deseaba que lo hiciera,
callaba cuando yo quería que alzara la voz,
vivía con los pies en la tierra
mientras yo viajaba por las nubes,
pronunciaba mil palabras cuando lo único
que yo deseaba era ser escuchada.
Era todo eso y sin embargo
todos los días tenía algo nuevo que contarme;
Era todo aquello y sin embargo
cada mañana me sorprendía pidiéndole
a Dios más vida para amarlo de mejor manera;
Podía ser esto y aquello,
podía el mundo entero decir
que no éramos el uno para el otro
y sin embargo
ni una sola persona en el mundo
podría comprender lo que ese hombre trajo a mi vida
cuando descubrí
que aquello que lo hacía diferente a mí,
era lo que yo más amaba de él.
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