
La vida es mucho más sencilla de lo que en ocasiones parece ser. Tener una meta clara y un camino para llegar a ella es importante, pero se vale perder el rumbo en algún momento.
¡No somos perfectos y en gran medida, nuestra felicidad está en entenderlo!
La vida no se trata solo de estar bien, a veces no somos tan fuertes, ni tan felices, ni tan exitosos… también nos equivocamos y nos caemos y lloramos y se vale porque son esos momentos los que nos recuerdan que no somos dioses sino seres humanos.
No es la decepción, ni el desánimo, ni los éxitos, ni los fracasos lo que definen lo que somos… Es aquello en lo que verdaderamente creemos, aquellos a quienes amamos, la actitud con la que vemos la vida, lo que nos hace ser lo que somos.
Hoy quiero que sepas que no espero que siempre sepas a donde quieres ir, a veces yo tampoco sabré, pero estaremos ahí, uno al lado del otro, tú serás mi rumbo y yo deseo ser el tuyo.
No espero que seas siempre sonriente, diplomático, fuerte, carismático, desafiante, triunfador… ¡Se así con el mundo, pero conmigo se tan solo el hombre sencillo del que me enamoré!
Yo no puedo prometerte que seré la mujer perfecta, pero sí te prometo que te amaré eternamente, porque irremediablemente me enamoré de ese ser humano que ví en ti aquella tarde de septiembre…así tal cual eres con todo y tus dudas.
No importa las veces que te equivoques, yo no me voy a ir, aquí estaré para recordarte los días como éste, que no eres perfecto que yo tampoco lo soy y sin embargo siempre tendrás mi mano para caminar a tu lado.
1 comentario:
Claro, bastante claro.
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